jueves, 22 de marzo de 2012

Refugiado blanco




Durante años de reconocimientos aéreos no se había observado osos polares solos nadando a mar abierto. En los últimos 5 años se está volviendo algo muy común. Los osos polares son grandes nadadores, se impulsan con sus patas delanteras para alcanzar las zonas de costa, donde van a pescar, a menudo se mueven en grandes pedazos de hielo.
Pero ahora se les observa nadando a mar abierto grandes distancias, a veces, desorientados. Sus crías, que no han desarrollado músculos lo suficientemente fuertes para soportar semejantes trayectos, perecen a menudo.
Poco tiempo les queda a los osos brillantes, futuros refugiados climáticos que no tendrán a dónde partir, ni donde sobrevivir. Pierden su casa, su hogar, su tierra, y su país.
La gran excusa es que las especies se adaptan genéticamente a los cambios, y lo harán también ante el cambio climático. El problema es que se necesitan muchos años y generaciones para que se produzca un cambio evolutivo. Tiempo que los humanos no estamos dispuestos a conceder.

Estos refugiados del hielo, pierden su vida a nado. Sus cuerpos sin vida aparecen flotando en el agua.

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