jueves, 5 de enero de 2012

Los padres que lloran



Fue en 1960 cuando las Naciones Unidas aprobaron la resolución 1514 sobre la concesión de la Independencia a los países y pueblos coloniales. Se insta pues, a las grandes potencias, a descolonizar el mundo.
Esta resolución se ha cumplido de forma, cuanto menos, dudosa. Sin embargo a dado pie a una movilización por la independencia de los pueblos que debe ser reconocida como un derecho básico y fundamental, y que hace legal y legitima la lucha por la autodeterminación.
El colonialismo tardó poco en reinventarse, con maneras y usos tan salvajes y destructores como los precedentes, que siguen prometiendo miseria a aquellos pobres que no supieron desarrollarse a tiempo para las selectas exigencias de Occidente.
Obviamente que la colonización es más que la huella de una bota militar, o la siembra de dogmas en un territorio que no es tuyo, ni te pertenece. Hay herramientas más sutiles, que aparentan no dejar el suelo plagado de barro y suciedad, pero que lo hacen arrastrando grandes dosis de miseria a su paso.
Como en aquellos tiempos de aventuras colonizadoras, ahora también se manda a otros a colonizar, por llamar de alguna forma a aquello de violar tierras ajenas y robar internacionalmente. Se siembra la semilla de conflictos, porque se sienten violados y robados, desencadenando, en numerosas ocasiones, el uso de la fuerza armada.
Los progenitores de la civilización moderna e industrial se lamentan como padres que no hicieron bien las cosas con sus hijos, se tiran de los pelos y se golpean el pecho para después, tenderles las herramientas necesarias para matar, tiñendo desiertos y selvas de sangre. Poco importa, si queda lejos.
Pasaron de enviados de Dios a Padres, cuando no son más que miserables mercenarios de la mentira estatal y del robo mundial. Una vez desatada la matanza, abandonan a sus hijos, de los que se avergüenzan porque no aprendieron de sus civilizadas enseñanzas.
Lloran, pero lamentablemente no es de vergüenza, si no de miedo a perder años de riquezas expoliadas. Otros, se frotan las manos, viendo riqueza en la matanza humana. La colonización es un negocio suculento.

Lejos queda el día, en que los padres vean que aquellos a los que aniquilan son sus hermanos.
Resolución 1514, sigues manchada de sangre, y de vergüenza.

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