viernes, 6 de enero de 2012

Morir en silencio

A aquellos






“It's getting harder to find it in me
I scab my wounds and fall asleep.
But now, but now can be
falling down
filling, filling the empty.”


Existe una verdad visible en todas partes. Una verdad que se intenta relegar al silencioso olvido, una verdad intratable. Si la muerte nos atemoriza, más aún lo hacen las personas cuyas muertes vienen dadas por su propia mano.  Supone un acto de extrema violencia, una verdad brutal, cruda, una realidad que nos parece delirante e imposible. Una realidad que ocurre, cada día.


Estas muertes son relegadas al vacío, condenadas al silencio.
Hoy en día se nos pide, con prisa, que atajemos el dolor, no tenemos tiempo de sentir el luto, ya no hay tiempo de vestir de negro. A los que alcanza esta muerte muda, y los que les rodean, no se les permite ni tan siquiera alzar el grito del dolor. Su recuerdo se les niega, se emborrona.
Necesitan vestir de negro, sin agachar la cabeza. Pero el silencio de la incomodidad social no les deja.
Sale demasiado caro. El precio a pagar por sentirnos incómodos resulta demasiado alto.

Las personas  de aquellos continúan con miedo a la pregunta que no quieren contestar.

Simplemente se arrebató la vida.

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